Fuera de lugar.

Dije que esperaría el carro lujoso, con una sonrisa, pero venga, seamos sinceros, ningún ser humano impaciente puede hacer eso. Odio querer todo ya ya ya, sé que las cosas no se dan así pero estoy desesperada, es un alarido de ayuda, el carro lujoso de los finales felices va a pasar por mi casa y yo estaré dormida, me va a dejar, se olvidará de mí, ¿Cómo seguir esperando con una sonrisa?

No sé cómo hace la gente para conformarse, deben ser demasiado mediocres, o deben tener un instinto maravilloso de supervivencia; parece que la conformidad es la única salida.  Yo no quiero ser así, sinceramente no puedo, me caga que la gente así sea la que se siente satisfecha, una también tiene derecho a sentirse satisfecha, pero parece que Dios repartió mal la satisfacción, o de pronto no fui al colegio el día en que dieron el cálculo matemático de la fórmula mágica de una vida plena. Debe ser que estaba enferma ese día, o inventé que estaba enferma para no madrugar, mierda, por no asistir a una clase ahora me cuesta un vergo vivir la vida.

Mi perro se orinó en mi cuarto, lo regañé, su vida debe ser fácil, solo debe procurar no hacer sus necesidades en lugares cerrados, y no morder zapatos; el resto está bien, lo pueden hacer porque son perros. Nosotros los humanos debemos procurar no llorar en público, y sonreír cuando lo consideramos pertinente, eso debe ser mucho más difícil que aguantarse las ganas de mear. A veces quiero ser mi perro, al menos él no tiene problemas existenciales ni le importa si en realidad existe o no, a veces es divertido pensar en eso, pero deja de ser divertido cuando te jodes la cabeza.

Estoy cansada de mi ex amiga de mierda, odio estar en casi todos los proyectos finales con ella, es un ambiente tenso, y hablar con ella y mirar los  rostros de la gente de mi salón me hace recordar que no tengo ni un puto amigo. Tengo una amiga pero ni siquiera está en mi carrera, y a veces me da la impresión de que me utiliza como objeto de distracción para no sufrir una crisis nerviosa típica en mujeres enamoradas que sus novios les terminan por situaciones desconocidas.

Hoy me eché una siesta por la tarde, por alguna extraña razón solo puedo soñar cuando duermo de día. No me gustan mis sueños; soñé que alguien se comía mi corazón con un tenedor, estaba sentado con un babero blanco y mi tripa estaba sobre el plato; él sonreía,  yo sabía, estaba segurísima que era mi corazón el que estaba siendo devorado ¿Qué significará?

Es viernes y no salí, el internet se calló y decidí leer un libro descargado de internet que tenía en mis documentos. El libro se llama: “Érase una vez  el amor pero tuve que matarlo” de un escritor colombiano llamado Efraim Medina. Vaya libro loco, pero me ha encantado, me ha entretenido y me ha hecho gastar mi tiempo en algo productivo que no sea perder el tiempo navegando. Me leí las primeras 50 hojas de corrido, y después de eso me dieron ganas de escribir para publicar esto después, quisiera hacerlo ahora pero ya saben, mi conexión murió por las mismas causas desconocidas por las que ese muchacho le cortó a mi amiga.

Saqué unas frasecillas de ese libro que me llamaron mucho la atención, y como no tengo nada mejor que hacer en mis viernes de no-actividades sociales (Como odio los viernes) Las compartiré con ustedes mis queridos lectores:

“Nada que pretenda ser real merece respeto” 

“La filosofía escruta la existencia pero no nos ayuda a existir”.

“No es que sepa hacer algo pero tengo mi propia forma de no saber hacerlo, un estilo inconfundible que convierte en arte la torpeza”

“Hay tres reglas: 1. Siempre hay una víctima 2. Trata de no ser tú 3. No olvides la segunda regla”

Tema aparte, creo que me gusta alguien, no sé si le gusto, pero solo sé que no sabemos casi nada el uno del otro.

No crean que no lo intento.