Un texto sin título.

Lo llamamos "nuevo día" pero sigue siendo igual que el resto, cigarrillos, descargas y soledades encontradas, somos el reflejo de la televisión basura, la mala educación y la ira reprimida.

- Nicolás Arrieta. 

No se pueden cambiar los días  siguientes el día anterior, no se puede. Menos mal soy miope, cuando ves mal de lejos eres consciente  de que el futuro, de que lo distante siempre es borroso; no se puede enfocar el futuro con unas gafas, esa fórmula no existe. No puedo evitar sentirme invisible, es así, a todos les pasa de todo y mi vida es una gran nada. ¿Será que ellos me hacen sentir invisible? O más bien soy yo la que se siente invisible. No sé si se han percatado, pero todos mis textos están llenos de preguntas, preguntas que me agobian y ahorcan la felicidad, millones de signos de interrogación abriéndose y cerrándose, ya no me dejan pensar tranquila. Es bueno hacerse preguntas, el problema está cuando no puedes resolver ninguna de ellas.

Siento que le estoy dando “replay” a la misma canción, se repite y se repite y no quiero buscar música nueva porque esa canción me gusta. Mi vida es como una película vista muchas veces, siempre sabes cuál es el final. No quiero predecir finales, pero siento que mi final está en la muerte, o en algo trágico y trastornado que prefiero no contar. ¿Debería tranquilizarme cierto? DEBERÍA, pero no quiero, que joda, todo es un mísero parque de diversiones, te metes a los juegos solo para que te den vueltas y vueltas, y quieres volver a subirte solo porque eres un idiota al que le gusta sentir miedo y mareo, y así es el amor y la tristeza, y ¿Qué importa?

 

Ya no importa nada, a veces es mejor no pensarlo ni una vez, ni dos veces, a veces es mejor no pensar en nada.