Moon.
La vida intenta buscar razones suficientes para justificar que ella es mejor que la muerte. La muerte no hace nada, porque es la muerte y ya.

domingo, 9 de diciembre de 2012

El dolor inevitable.


El cigarrillo en mi mano se desvanece con el calor del fuego y yo la veo sonreír mientras jugamos bajo el viento helado de la tarde, disfruto mucho estar a su lado, pero algo siempre me dice que ella jamás me amará, hay demasiado miedo, cansancio y resignación en sus ojos. Que triste que ahora todos vivan asustados, yendo por los laditos como tratando de cuidarse de todo lo que se aparece a su paso, como si la vida fuese eterna. Yo siempre quiero arriesgarme, vivir el instante, me gusta pensar que tal vez mañana podría morir, entonces digo ¿Por qué no hacer esto o aquello? Es como eso que me dijo ella alguna vez: “El secreto está en no arrepentirse”, aventarse al abismo, no estoy de acuerdo con esas teorías inútiles de taparse las heridas del pasado ¿Para qué? ¿Para qué cuidarse tanto si de todas formas vamos a sufrir? No se puede vivir sin llorar, tampoco se puede vivir sin sonreír, la tristeza puede durar mucho pero siempre pasa, la felicidad puede durar poco pero siempre llega, es cuestión de saber vivir los momentos y no consumirse en el sentimiento, cuando nos dejamos consumir nos aferramos a la idea de que jamás saldremos de allí, de que esa sonrisa o esa lágrima serán eternas, sepan que el tiempo es sabio y sabe lo que hace con nuestros corazones. 



Esta es la carta que me envió:

"He pasado tres días extraños: el mar, la playa, los caminos me fueron trayendo recuerdos de otros tiempos. No sólo imágenes: también voces, gritos y largos silencios de otros días. Es curioso, pero vivir consiste en construir futuros recuerdos, ahora mismo, aquí frente al mar, sé que estoy preparando recuerdos minuciosos, que alguna vez me traerán la melancolía y la desesperanza.
El mar está ahí, permanente y rabioso. Mi llanto de entonces, inútil; también inútiles mis esperas en la playa solitaria, mirando tenazmente al mar. ¿Has adivinado este recuerdo mío o has pintado el recuerdo de muchos seres como vos y yo?"

María.


Capítulo 15, "El Túnel" Ernesto Sabato. 

2 comentarios:

Marina Aimée dijo...

Es genial este texto, me ha encantado... Como todas tus entradas son flipantes, escribes...buuff!! Me encantaa!!
Te sigo :)
Te dejo mi blog por si quieres pasarte, si tienes 5 minutos, sería un honor la verdad...ejje
Un besaazo!^^
http://viviendoennuestrocuento.blogspot.com.es/

Yazmín Orihuela dijo...

Nos encantan lo recuerdos en el futuro, porque al parecer aún con los años van a seguir intactos.
Buenas entradas. Ojalá puedas visitarme http://entiveolucesquenovere.blogspot.mx/