Tren sin paradas.

Son los olores, la vida,  la gente y la música que se entremezclan  en un solo sentimiento difícil de explicar.  Miras el  paisaje, a la gente pasar, todos parecen tan seguros de saber hacia dónde van, todos se bajan en alguna parada del tren, pero tú no;  tú sigues andando y andando esperando a que en algún momento el tren se detenga, no piensas bajarte en ninguna parada porque no quieres tomar ningún rumbo, solo quieres ser libre, bailar hacia donde el destino te lleve.

Ayer fui a una protesta de malabaristas por la educación en la universidad nacional, yo no soy malabarista, pero apoyo la protesta, así que acompañé a mis amigos (Que si son malabaristas) y los vi hacer malabares mientras me fumaba un creepy. Fue lindo, quisiera estudiar en esa universidad, venían personas a tocar guitarra, flauta, se sentaban a dejar fluír el arte, es una atmósfera muy bonita, sería una lástima que la privatizaran, gobierno de mierda.  Estar fumada me hizo reflexionar sobre lo que soy, pensé mucho en mi papá, en mi mamá, y llegue a la conclusión de que lo único que quiero es mi libertad; quisiera independizarme rápido, pero no puedo dejar la universidad así como así, quiero terminar y lo voy a hacer bien, pero no veo la hora de irme a otro país, a otro lugar yo sola, saliendo sola, pagando mis cosas, sé que será duro pero es lo que necesito para cambiar, ser una carga para tus padres no se siente bien, y más si andan recordándotelo todo el tiempo.

La salida estuvo chévere, lo necesitaba, la ganjah relaja y despeja la mente, te hace la vida más lijera, más llevadera supongo. Lo que si fue malo es que me encontré en el bus con una vecina, ambas íbamos para la casa,  la verdad es que yo estaba llevada por la verga , espero que no se haya dado cuenta, de todas formas soy buena para fingir cuando estoy así.  Esa señora me hablaba mucho y recuerdo que yo también le converse otro montón, quien sabe que cosas raras le habré dicho, hablo mucho cuando estoy trabada. Cuando llegué a mi casa quería escribir una entrada, pero el sueño y los efectos segundarios de mi día psicodélico me llevaron a la cama con maquillaje, apenas me aguanté el sueño para cepillarme los dientes.

Hoy se supone que iba a ir a colaborar en una fundación de niños, pero no fui, debí haber ido pero la verdad no compré nada ni estaba preparada para ir, me llamaron mis compañeros como  4 veces en la mañana, no sé qué excusa me voy a inventar el lunes, que los velociraptores me dijeron que no fuera porque pasaría algo malo.  De veras quería ir a ayudar, pero no sé, mis malditos días bipolares me ganan, iré en navidad y donaré los 50 mil peluches que no uso para compensarlo.

Hoy di vueltas y vueltas por la ciudad, acompañada de un cigarrillo, viendo la inmensidad, la artificialidad que nos rodea. Vi muchos rostros tristes y poca gente feliz….Le hace falta soñar a mi pueblo, le hace falta trascender, ver más allá.

Soy como una oveja entre lobos, como un ángel en el infierno.